Mi
experiencia con internet comenzó a finales de los años 90 aproximadamente, y ya
me parecía algo extraordinario la posibilidad de acceder a cierta cantidad de
información desde mi ordenador, sin moverme de casa, y de comunicarme con otras
personas a través del correo electrónico, aunque el modem se colgase de
vez en cuando y las páginas se tomaran su tiempo en cargarse. Si no recuerdo
mal, creo que el primer buscador que utilicé fue Altavista y la primera cuenta
de correo en la que me registré fue Yahoo. Eso era la web 1.0.
A día de hoy consulto Internet desde cualquier sitio, Google se ha convertido
en mi herramienta habitual de consulta, tengo tres cuentas de correo
electrónico (aunque sigo fiel a la primera), leo experiencias de otros en
blogs para orientarme por ejemplo en la planificación de viajes,
consulto "Ciao" para conocer las opiniones de cualquier producto y
decidirme a comprar una marca u otra, leo la prensa digital y los comentarios
de los lectores, tengo un blog propio, y por supuesto estoy en casi todas las
redes sociales que me interesan.
Agota el simple hecho de mencionar tan sólo algunas de las extensas posibilidades
que nos ofrece la web 2.0. Pero esas posibilidades engloban algo extraordinario
y es que ahora la web es nuestra, antes sólo era de unos pocos, la construían
los que tenían conocimientos de HTML, era menos creativa, pero en la actualidad
todos estamos invitados a participar y eso personalmente me parece positivo.
Por supuesto, todo no es maravilloso. Evidentemente el exceso de información
que conlleva esta creación masiva de contenidos tiene sus consecuencias, y en
vez de resolver necesidades de información puede llevar (y lleva) a la
saturación y a poner en duda la calidad y la fiabilidad de la misma.
Sin embargo este problema personalmente no lo veo tan negativo.Llevándolo a nuestro terreno más bien lo veo como un reto para los profesionales de nuestro campo,Bibliotecarios y Documentalistas, una nueva función que tendremos que asumir y en la que tendremos que profundizar para orientar al nuevo "prosumidores" de información.